El negocio del arte llega a Miami
Exitosa política de fomento es la que han aplicado las autoridades estaduales y municipales en la zona norte del Downtown de Míami, que en 2009 apareció de la mano de la invitación a los mejores muralistas de todo el mundo a pintar en las calles del barrio Wynwood. De allí una explosión de arte urbano a cada paso de unos 4 kilómetros cuadrados, con alientos impositivos y oportunidades inmobiliarias, formaron una nueva zona de atracción turística en la ciudad más latina de Norteamérica. .
En ese gran perímetro, que va entre el sur y el norte desde La NW 20 Street hasta la NW 37 Street y de este a oeste , desde la NW 6ta Avenue Hasta la Coast Avenue – casi paralela a unos 100 metros más adentro del Biscayne Boulevard.
Con aquella (foto), ahora histórica, iniciativa que impulsó el desarrollo de grandes murales se impulsó a una zona prácticamente marginal , que no encontraba una base en donde afirmarse para acompañar el gran desarrollo inmobiliario que al borde de la bahía se alzaba , siempre mirando a Miami Beach y dándole la espalda al “midtown” que sigue creciendo a fuerza de edificios de vivienda articulados con nuevos centros comerciales.
Siguiendo con el Art District, En cualquier página de turismo encontrarán una aproximación geográfica y de recorridos sobre esa zona en la que se han instalado la gran mayoría de las galerías de arte independiente de la zona, y rápidamente fueron acompañadas por centros comerciales con las marcas líderes del diseño y la moda. (Sitios interesantes: www.artofmiami.com, www.wynwoodartwalk.com)
Una de los puntos de encuentro , o actividades centrales que crece sin descanso, en el barrio Wynwood, es la feria abierta ART WALK que se desarrolla en la 29 Street y su intersección con la NW 2° Avenue.
Unas 4 o 5 manzanas en las que se dan cita bajo una gran carpa los artistas que se han radicado en la zona. Jóvenes y no tanto, exponen su trabajo todos los segundos sábados de cada mes.
La feria, con entrada libre y estacionamiento por u$s 10, se estira desde las 18 hasta entrada la medianoche, aun cuando los anuncios rezan de 7pm a 11 pm.
Por llegar temprano pude observar la “auto- curaduría ” de la Expo, dentro de la carpa, arte figurativo, abstracto y mucha obra plástica con materiales reciclados (de hecho varias recicladoras sponsorean a unos cuantos artistas).
Afuera de la carpa todo es muy colorido, en una especie de círculo que rodea la muestra principal, hay algunos artistas, especialistas en tatoo, y muchos artesanos. Unas mesas con materiales gratis para que los niños pinten y con delantales de reciclado para que las madres no vean arruinado su paseo.
Desde uno de los laterales de la entrada, pero más concentrados en un gran patio trasero, se disponen más de 50 carritos con una amplia oferta gastronómica. Los foodtrucks se forman en cuatro filas – las dos del medio, espalda con espalda – para desembocar en el playón trasero que corona con el escenario para los recitales de la noche. A los típicos Hot Dog y Hamburguesas se les suma toda la movida cheff de Sudamérica: Venezuela y Colombia (con una discusión como la del Champagne o el pisco, pero, sobre quién es el dueño de las arepas), ceviche peruano, feijoada brasilera, y obviamente, tacos mexicanos y barras de tragos.
El estado aporta mucha presencia policial – los blogs de arte hablan de la recuperación de una zona insegura – y fuerte control del cuerpo de bomberos del Condado, que inspeccionan permanentemente las cuestiones de seguridad en las instalaciones.
No está demás comentar que en el largo patio de comidas el ruido de los generadores eléctricos no dá descanso y obliga a esforzar las cuerdas vocales como si el espectáculo musical yá hubiera empezado, de todas formas, la moda y el diseño de los “carritos” forman parte de esta movida de arte urbano, tal cual lo consigna el inflable de la entrada.
Vaya, no se lo pierda, va a crecer y valdrá la pena recordar los inicios.
El negocio del arte llega a Miami
Exitosa política de fomento es la que han aplicado las autoridades estaduales y municipales en la zona norte del Downtown de Míami, que en 2009 apareció de la mano de la invitación a los mejores muralistas de todo el mundo a pintar en las calles del barrio Wynwood. De allí una explosión de arte urbano a cada paso de unos 4 kilómetros cuadrados, con alientos impositivos y oportunidades inmobiliarias, formaron una nueva zona de atracción turística en la ciudad más latina de Norteamérica. .
En ese gran perímetro, que va entre el sur y el norte desde La NW 20 Street hasta la NW 37 Street y de este a oeste , desde la NW 6ta Avenue Hasta la Coast Avenue – casi paralela a unos 100 metros más adentro del Biscayne Boulevard.
Con aquella (foto), ahora histórica, iniciativa que impulsó el desarrollo de grandes murales se impulsó a una zona prácticamente marginal , que no encontraba una base en donde afirmarse para acompañar el gran desarrollo inmobiliario que al borde de la bahía se alzaba , siempre mirando a Miami Beach y dándole la espalda al “midtown” que sigue creciendo a fuerza de edificios de vivienda articulados con nuevos centros comerciales.
Siguiendo con el Art District, En cualquier página de turismo encontrarán una aproximación geográfica y de recorridos sobre esa zona en la que se han instalado la gran mayoría de las galerías de arte independiente de la zona, y rápidamente fueron acompañadas por centros comerciales con las marcas líderes del diseño y la moda. (Sitios interesantes: www.artofmiami.com, www.wynwoodartwalk.com)
Una de los puntos de encuentro , o actividades centrales que crece sin descanso, en el barrio Wynwood, es la feria abierta ART WALK que se desarrolla en la 29 Street y su intersección con la NW 2° Avenue.
Unas 4 o 5 manzanas en las que se dan cita bajo una gran carpa los artistas que se han radicado en la zona. Jóvenes y no tanto, exponen su trabajo todos los segundos sábados de cada mes.
La feria, con entrada libre y estacionamiento por u$s 10, se estira desde las 18 hasta entrada la medianoche, aun cuando los anuncios rezan de 7pm a 11 pm.
Por llegar temprano pude observar la “auto- curaduría ” de la Expo, dentro de la carpa, arte figurativo, abstracto y mucha obra plástica con materiales reciclados (de hecho varias recicladoras sponsorean a unos cuantos artistas).
Afuera de la carpa todo es muy colorido, en una especie de círculo que rodea la muestra principal, hay algunos artistas, especialistas en tatoo, y muchos artesanos. Unas mesas con materiales gratis para que los niños pinten y con delantales de reciclado para que las madres no vean arruinado su paseo.
Desde uno de los laterales de la entrada, pero más concentrados en un gran patio trasero, se disponen más de 50 carritos con una amplia oferta gastronómica. Los foodtrucks se forman en cuatro filas – las dos del medio, espalda con espalda – para desembocar en el playón trasero que corona con el escenario para los recitales de la noche. A los típicos Hot Dog y Hamburguesas se les suma toda la movida cheff de Sudamérica: Venezuela y Colombia (con una discusión como la del Champagne o el pisco, pero, sobre quién es el dueño de las arepas), ceviche peruano, feijoada brasilera, y obviamente, tacos mexicanos y barras de tragos.
El estado aporta mucha presencia policial – los blogs de arte hablan de la recuperación de una zona insegura – y fuerte control del cuerpo de bomberos del Condado, que inspeccionan permanentemente las cuestiones de seguridad en las instalaciones.
No está demás comentar que en el largo patio de comidas el ruido de los generadores eléctricos no dá descanso y obliga a esforzar las cuerdas vocales como si el espectáculo musical yá hubiera empezado, de todas formas, la moda y el diseño de los “carritos” forman parte de esta movida de arte urbano, tal cual lo consigna el inflable de la entrada.
Vaya, no se lo pierda, va a crecer y valdrá la pena recordar los inicios.