Felice Varini
Las Ilusiones anamórficas

Primero el pulgar derecho en el ojo derecho, e inmediatamente el índice derecho en el ojo izquierdo. Después, apretar y fregar, apretando fuerte contra el tabique.
Una nueva mirada y una evocación a la niñez maravillada por los trucos del abuelo.

Así se siente el espectador ante una obra de Varini.

Pretende aclararse la vista y no le dá crédito a sus ojos. Los tiene que controlar.
Al abrirlos, otra vez la imagen imposible, más difícil de explicar todavía cuando cambiando de ángulo se desintegra la obra en los trazos que la componen.
Moebius o M.C. Escher en el espacio libre. Fuera del plano que Escher obliga a espiar de atrás o de lado para descubrir el doble fondo de la galera o del recorrido sin fin de un plano que perdió su reverso al ceder a la torsión y adherencia de un papel que nos sigue sorprendiendo.

Si Serrat, Sabina o Vinicius son los herederos de Manrique, Quevedo o Becquer, Felice Varini se instala en una dimensión que supera los límites de sus predecesores. Arte Urbano y efectos visuales en espacios más reducidos cortan la respiración.

Cada obra urbana de Varini necesita del soporte fotográfico que registra las intervenciones en los espacios públicos mutantes por naturaleza. Pero pararse frente a ellos o acercarse un poquito desde la web o de los libros es una sensación distinta a la plástica clásica, moderna, hipermoderna, o cualquiera otra clasificación que se les pueda ocurrir.

Los críticos de arte hablan de “anamorphic illusions ” (Ilusiones Anamórficas) .
Para  mi tiene nombre propio , el Suizo Felice Varini deslumbra sin escuela que lo contenga, ni espacio que se le resista.

Felice Varini
Las Ilusiones anamórficas

Primero el pulgar derecho en el ojo derecho, e inmediatamente el índice derecho en el ojo izquierdo. Después, apretar y fregar, apretando fuerte contra el tabique.
Una nueva mirada y una evocación a la niñez maravillada por los trucos del abuelo.

Así se siente el espectador ante una obra de Varini.

Pretende aclararse la vista y no le dá crédito a sus ojos. Los tiene que controlar.
Al abrirlos, otra vez la imagen imposible, más difícil de explicar todavía cuando cambiando de ángulo se desintegra la obra en los trazos que la componen.
Moebius o M.C. Escher en el espacio libre. Fuera del plano que Escher obliga a espiar de atrás o de lado para descubrir el doble fondo de la galera o del recorrido sin fin de un plano que perdió su reverso al ceder a la torsión y adherencia de un papel que nos sigue sorprendiendo.

Si Serrat, Sabina o Vinicius son los herederos de Manrique, Quevedo o Becquer, Felice Varini se instala en una dimensión que supera los límites de sus predecesores. Arte Urbano y efectos visuales en espacios más reducidos cortan la respiración.

Cada obra urbana de Varini necesita del soporte fotográfico que registra las intervenciones en los espacios públicos mutantes por naturaleza. Pero pararse frente a ellos o acercarse un poquito desde la web o de los libros es una sensación distinta a la plástica clásica, moderna, hipermoderna, o cualquiera otra clasificación que se les pueda ocurrir.

Los críticos de arte hablan de “anamorphic illusions ” (Ilusiones Anamórficas) .
Para  mi tiene nombre propio , el Suizo Felice Varini deslumbra sin escuela que lo contenga, ni espacio que se le resista.